Analisa

Williams Choy

UBUNTU

Yo estoy bien, si tú estás bien.

Estamos en proceso de reconstrucción

Estamos viviendo muchas frustraciones, sentimientos de vacío, debilidad y a veces ni nos aguantamos a nosotros mismos.

Cuando tenemos miedo, este nos daña, nos limita y va contra nuestra valía personal. Foto ilustrativa

Hace menos de tres años, pasábamos llenando nuestros cuerpos y su aura de alcohol, cloro, desinfectantes y cuanto producto saliera para mantenernos libres de enfermedades. Nos volvimos obsesivos con la limpieza, el orden y nuestro cuidado.

Recuerdo que soñaba que todo eso nos limpiaría hasta el alma y mejoraría la humanidad.

El sueño se acabó y quizá nos habrá ayudado en algo que aún no termino de descifrar.  Y creo que ese sueño se convirtió en pesadilla, cuando a menudo converso con personas que simplemente no se sienten bien.

Ya sean niños, jóvenes, adultos, y personas mayores. La mayoría de ellos con entornos de relaciones no saludables. Sobre todo, esas relaciones que son cercanas e íntimas, que suceden detrás de la puerta de nuestras casas, salas y cuartos.

Si tienes alguna situación con alguien, estas líneas son para ti, no para el que tiene «la culpa».

Estamos viviendo muchas frustraciones, sentimientos de vacío, debilidad y a veces ni nos aguantamos a nosotros mismos. Los miedos nos perturban el alma, nuestro cerebro enciende su sirena y envía alerta al cuerpo que muchas veces termina comprometido.

Todo lo anterior, sin ningún tipo de gestión, repercute en las relaciones. Empezando con nosotros mismos. Las cosas que nos decimos y/o les decimos a otros, son mensajes amenazantes, agresivos, llenos de juicio, valor, o pasivo agresivo.

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¿Por qué se deterioran estas relaciones si somos pareja, padres, hijos, familia, amigos, compañeros de trabajo y el irrespeto reina y la doble cara y hasta la dejadez están presentes?  

Qué difícil me es todavía ver relaciones de todo tipo que en fotos son admirables y, por dentro, la historia es similar a lo descrito. 

No hay dinámica perfecta. Los conflictos siempre van a existir. Y las diferencias también. Todos tenemos percepciones, pensamientos diferentes. 

Lo que nos toca hacer, con tanto recurso disponible, es buscar mejorar e ir por un camino amplio, con disfrute, amando y respetando a los nuestros.

Tenemos un miedo a quedarnos solos, a no sentirnos capaces, a equivocarnos e igualmente tenemos miedo a no seguir los parámetros de una sociedad que está en pleno proceso de cambio de paradigma.

Cuando tenemos miedo, este nos daña, nos limita y va contra nuestra valía personal.

La vida es difícil. Esto no significa que tenemos que quedarnos en el sufrimiento y en el malvivir y maltrato, sino por el contrario, es una gran oportunidad para mejorar, buscar soluciones y ser congruentes entre nuestros sentimientos, pensamientos y las fotos en las redes sociales.

En lo personal, cuando me encuentro en una situación, trato de concentrarme en qué puede estar causando esa reacción del otro, sin permitir que me afecte su comportamiento, Y (en mayúscula), decidir lo que voy a decir, hacer o dejar de decir o hacer.

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Todos estamos en proceso de reconstrucción. No somos un producto terminado.

Te deseo que en tu construcción encuentres luz, discernimiento, esperanza y paz, en una tierra libre de burbujas, viviendo tu entorno, con amor y con firmeza.

Si te encuentras en una relación dañina, por favor, inicia un proceso de mejora interna, revisando tu propia responsabilidad, enfocándote en soluciones y tener claro qué podrías cambiar en ti. Busca ayuda si es necesario.

Tu sientes, piensas y eliges tu camino.

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