¿Qué deben hacer?

Homicidios, un dolor de cabeza para las autoridades

Los homicidios en Panamá superaron los días que existen en el calendario durante el mes de enero, siendo esto un dolor de cabeza para las autoridades.

Las cifras a enero de 2023 superan los 39 homicidios a nivel nacional.

¿Que está pasando en Panamá? Es la pregunta que se hacen muchas personas a lo interno y externo del país, debido a los últimos homicidios, entre los que sobresale la decapitación de un hombre.

Las cifras de años anteriores destacan que en enero de 2021 se registraron 45 homicidios y en el 2022 se totalizaron 23 casos.

En tanto, el primer mes del 2023, casi alcanza los 40 homicidios, tema que preocupa no solo a la población, sino a los encargados de los estamentos de seguridad que buscan estrategias para minimizar estos casos.

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Según el Comisionado retirado, abogado y especialista en Seguridad, Carlos De Icaza Muñoz, para finales del 2004, en nuestro entorno solo se hablaba de delincuencia en manera general, sin captar los primeros síntomas de una endemia que inevitablemente se haría manifiesta con algo más que el furor de las denominadas «Columnas de Hércules».

«Visto los aumentos de la criminalidad, las autoridades solo se enfocaron como hasta hoy a comparar estadísticas años contra años, y se resistieron entonces a creer que las pandillas, y el crimen organizado debía ser un tema prioritario en materia de seguridad, hasta que el flagelo se posicionó por sectores, principalmente en las provincias de Panamá y Colón», expresó Icaza.

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En cuanto a las políticas de seguridad, el comisionado retirado informó que nuestro país ha avanzado, aunque el reconocer la realidad de incidencia criminal por parte de nuestros gobernantes ha sido en manera forzosa y la controversia gubernamental se hace manifiesta en que sabemos del gran problema que vivimos, pero parece que no reconocemos sus verdaderas fuentes.

Política de seguridad vs niveles de violencia

Agregó que es notoria la sensación de un evidente contraste entre dicha «política de seguridad vs niveles de violencia» y no es para menos.

«Los crímenes no solo son eventos aislados, comunes o fortuitos, dado que día a día como sociedad se nos enfrenta a mayores atrocidades, que nos dejan perplejos, y con enormes dudas si estos crímenes, son cometidos por seres racionales, nacidos de mujer», reflexionó el ex miembro de la Policía Nacional.

Cambio de mando

Por otro lado, el distrito de San Miguelito, se ha visto inmerso en los últimos acontecimientos violentos, partiendo del hallazgo de un decapitado hasta un cuerpo con el rostro desfigurado, que se presume sea de un hombre menor de 24 años.

Luego del primer hecho ocurrido en el corregimiento de Belisario Porras, se dio un cambio de mando en la policía del sector, aunque no se ha podido precisar si el caso del decapitado fue el detonante que aceleró esos cambios y traslados en los organismos de seguridad.

Ahora, la estrategia de seguridad en la undécima zona de San Miguelito está a cargo del subcomisionado Eduardo Enrique Arosemena, quien ha montado un plan para combatir y erradicar estos crímenes, implementando los puntos de control y reforzando la seguridad por todas las veredas del distrito.

Recientemente, dio a conocer que en lo que va del año han efectuado 125 diligencias de allanamientos, reforzado 1,858 puntos de control y concluido más 657 operativos de profilaxis dando como resultado más de 286 personas detenidas.

Puntos de control.

Actos violentos

Son tan aborrecibles los actos criminales, y a ello se suma que ya no sorprende si quien lo comete, es hombre, mujer, o niño; ya no existe diferencia.

Lo peor de todo, es que los victimarios se enorgullecen como si hubieran ganado un premio «Olímpico», a tal parecer que los publicitan para que se les reconozca el memorable merito.

¿Qué se podría hacer?

Conversando con varios especialistas, llegamos a la conclusión que la inyección en prevención es irregular y no constante, solo esperan que ocurran los hechos para actuar.

Por esta razón, hay que atacar la raíz de la delincuencia en los barrios, empoderándose de las veredas y aceras, llevando un mensaje para que eviten ser absorbidos por las organizaciones delincuenciales; adicional deben llevar respuesta educativa y laboral.

Así mismo, deben fortalecer el pie de fuerza a nivel nacional. Aumentar las sanciones para con todas las personas que cometan todo tipo de delitos.

Igualmente, se debe pensar en la implementación de un toque de queda para los menores de edad, también sería una solución a priori, debido a que las edades de los mayores delincuentes oscilan entre 14 a 17 años.

Todo hay que atacarlo antes que esto se salga de control y evitar que por estos problemas entre organizaciones tenga como resultado una víctima inocente.

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