Analisa

Williams Choy

UBUNTU

Yo estoy bien, si tú estás bien.

No más ‘por mi culpa’

Hace un tiempo, en conversación difícil con mi hija, me percaté de que había un círculo vicioso en el que yo la culpaba a ella y ella a mí. Luego, cada una iba armando sentimientos de culpa internos que solo ayudaban a hacer más compleja la autoestima y el bienestar de cada una.

Lo mismo me ha sucedido en muchas otras interacciones de pareja, en la empresa, con amigos y familiares, incluso lo veo en muchas dinámicas de personas que vienen a los talleres, en sus entornos familiares, laborales, educativos, sociales, etc.

La mayoría hemos sentido culpa porque nuestra cultura y sociedad ha sido orientada a competir, a ganar y a tener, por lo que en ese estrés culpamos a otros, así como a nosotros.

La culpa es una emoción que nos nubla el pensamiento, por lo que teniendo ese arraigo de culpa en nuestro ADN, cuando incorporamos la consciencia y la intención a nuestro sistema, poco a poco podemos colocarla a un lado y mejorar nuestras vidas.

Cuando culpamos a otros o a nosotros mismos, nos convertimos en jueces y realizamos un juicio moral del comportamiento, hasta condenamos a otros o a nosotros “por la certeza del castigo”.

Otro día, cuando íbamos a iniciar la espiral de culpa y malestar, le dije a mi hija: “ya no más… no más, por favor. No recibo estas culpas. Cada una busque ayuda y soluciones para resolver esta situación”. Fue genial cómo todo fluyó con más armonía.

Responsabilidad y Solución
Motivos de culpa pueden ser muchos. Nos toca detectarlos y observarlos para transformar esa culpa en una oportunidad de mejora, de crecimiento, aprendiendo habilidades para tener una mejor autoestima y convivir efectivamente con otros.

Nuestra mirada al error urge ser cambiada para que podamos aceptarlo mejor en nuestras vidas y crecer desde ahí. No se puede ser perfecto, somos seres humanos ante todo.

Responsabilízate, pide perdón si es necesario. Perdonar no es olvidar, es recordar SIN resentimientos.

Sustituye la culpa por la responsabilidad y la solución, así podrás darle un giro a tu vida.

La culpa es una máscara y un mecanismo de defensa que limita, condiciona, retrasa, intoxica, causa desgaste emocional, inacción y bloqueos que obstaculizan nuestros objetivos, además, trae malestar a nuestras vidas en todos sus aspectos.

Busquemos ayuda si es necesario. No se vale vivir limitados.

Compartir:

4 comentarios

  1. ¡Me cae muy gorda la compañía de la culpa! Ha sido un lastre en mi vida. Eso sí: la tengo bien identificada y sentenciada a no regir más mi vida. Trabajo en ello cada día.
    ¡Gracias Analisa por este recordatorio!

  2. Este artículo me cayó del cielo. Precisamente mi relación con mi hermosa madre se distanció sin que yo entendiera que parte de la taza se había quebrado. Pero tras leer este artículo entendí muchas cosas. Gracias Analisa

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Últimas entradas

Suscríbase a nuestro boletín

Veracidad, Información y Precisión.